miércoles, 10 de mayo de 2017

Lecciones de una madre

*
Inspirado en estas lecciones para la vida que me dio mi madre Conchita Alas dirigí un saludo el Día de la Madre en la Dirección General de Estadística y Censos, DIGESTYC.

Hago para este día de la madre, una recapitulación de las lecciones que me dió mi madre.

Lecciones de mi madre, Conchita Alas.

1. La Fé. Seguridad en que una fuerza suprema protege a las personas que luchan con honradez, con denuedo, con amor al prójimo, con valentía, con resolución. Mi madre era devota del Sagrado Corazón de Jesús.

2. El amor. El amor a la familia, a los hijos e hijas; el amor unificador de la familia; el amor que en la familia la cohesiona en lo correcto, en la justicia, en la honradez; el amor que sacrifica una parte, así sea la propia vida, para conservar el todo, los valores familiares que unifican y dignifican a la familia.

3. El cuidado personal. Proteger la salud de los hijos e hijas y del esposo. Proteger la propia salud para poder proteger la salud de cada integrante de la familia. Cada familia es única, cada madre tiene una responsabilidad y una autoridad para proteger la salud física de su hogar, en su esposo, de cada persona de sus hijos e hijas.

4. La Dignidad. Nada ni nadie debe dañar la dignidad de las personas. “Hijo, Usted nació de una mujer, pero no se va a morir por una mujer” le dijo a uno de mis hermanos que no era correspondido en una relación amorosa. Y lo hizo reaccionar. Todos y cada uno de los integrantes del hogar siguen el ejemplo de dignificarse por medio del trabajo. Y luchar porque se respete su trabajo. Y del trabajo debe ser constantemente calificado y honrado, el trabajo escogido debe ser el que no daña la integridad moral personal ni la expone a daños. El trabajo debe ser constructivo de la personalidad propia y de la personalidad de otros seres humanos.

5. Educarse constantemente. No dejar de estudiar nunca. Mantener una sed de conocimientos y de la aplicación de los conocimientos adquiridos durante toda la vida.

6. El trabajo. El trabajo debe dar felicidad. El trabajo intenso debe dar felicidad intensa. Para disfrutar el trabajo hay que cambiar de actividad en el mismo; hacer cosas diferentes y conocerlas aplicadamente.

7. La sencillez. Lo que las personas valen no está en su apariencia, en las cosas suntuarias que lucen. La pulcritud no es el lujo es la limpieza del alma, del cuerpo y de la vestimenta sencilla. Las personas no deben ser esclavas de las cosas suntuarias, eso debilita su dignidad personal.

8. La economía. No escatimar gasto en lo esencial. No botar el dinero en gastos superfluos. Conservar las cosas que podrán usarse después. Tener creatividad para usar las cosas.

9. Tener siempre aspiraciones de mejora espiritual y material constante por medio del trabajo intenso que genera ingresos dignos, que no son producto del robo ni de actos ilícitos o que dañen la moral de los seres humanos. Mi madre, sin ser arquitecta dirigió la construcción de tres edificios.

10. La disciplina. Solamente con la disciplina se logran las metas. Hay que combatir el ocio y toda pérdida de tiempo.

11. Hay más lecciones pero solamente dos anécdotas:

a. Mi padre y mi madre tenían los dos caracteres fuertes. Acordaron no discutir frente a los hijos e hija, para mantener la unidad del hogar.

b. Cuando estuve preso y me daban por desaparecido mi madre acompañó a mi padre a sacarme de la Policía Nacional en el marco de información y presión de la Universidad de El Salvador. El pick up Pony blanco, del año, estaba a nombre de ella y en ese vehículo me capturaron a finales de julio de 1979.

Una madre vive en cada uno de sus hijos que encarnan sus valores. Doy gracias a la vida por haber tenido una madre como la que tuve.
*

No hay comentarios.:

Publicar un comentario